Una herida que por más que pase el tiempo, jamás podrá cerrar, es la perdida de un ser querido que se nos a adelantado en el camino hacia el destino final de todos los seres humanos.
La muerte es una ley infalible de la vida.
Dedicado a todos los que han perdido un ser querido, pero que su amor siempre existirá en el corazón.
Que Dios les de resignación para que el dolor se alivie con solo recordar el amor que les brindó el tiempo que estuvo en su vida.
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